lunes, 26 de abril de 2010
-No fue divertido verle beber hasta morir. Parecía que vivía de la botella, ¿entiendes? -se remueve el pelo nerviosamente, con un tik el el meñique- ... quizás esté usando un lenguaje no apropiado para una entrevista.
-No, tranquila, era su esposa. Usted siga. -la dige disimulando mi pena, golpeando ligeramente mi boli bic contra mi cuaderno de notas. Estaba sacando buena información para el New York Times. Quería saberlo todo acerca de la impresionante noticia.
-Bueno, a lo que iba... -cerró los ojos un instante- él y la botella tenían una relación insoportable para mí. Él eligió la manera del alcoholismo como suicidio.
-¿Por qué se quiso suicidar?
-Es la primera vez que me lo preguntan. Él me lo dijo, sí... -se entristece- Él me contó porqué quiso morir. Lo recuedo perfectamente... -dio un trago a su vaso de agua - Fue una mañana de Enero, la clásica mañana un tanto soleada pero fría, un sábado en el que te levantas y parece que será un buen día.
-¿A qué se refiere con un buen día?
-Usted ya me entiende... un día en familia, agradable, sin compromisos.
-Entiendo. Prosiga, sie es tan amable.
-Mi marido atropelló a una chica de trece años que cruzó sin mirar... una chica con un vestido de flores. Yo iba de copiloto, lo viví todo. Es curioso pensar que ahora mismo, en el mundo, la única persona viva que vivió aquello, soy yo. Él se bajó del coche y ahí estaba ella, con la cabeza llena de sangre, pero aún respiraba. Mi marido la cogió del cuello, y derramó una lágrima. Fue la primera vez en mi vida que vi a mi mardio llorar. La primera y la última. La hermosísima chica le dijo: "no se remuerda toda la vida, de todas formas, no soy feliz".
-¿Y fue desde entonces cuando su marido empezó a beber?
-Sí. Desde aquel día.
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Está genial Amor... te quiero tanto...
ResponderEliminarSí, tienes razón..la vida es en ocasiones incandescente.
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