domingo, 20 de junio de 2010
Removiendo el café en aquel bar, pensé "se me quedará frío a este paso". Y se me acabó quedando frío, porque me quedé veinte minutos después de que me sirviese el camarero de bata sucia el café mirando al hombre que estaba en frente mío. Ayer fue un gran día.
La vida es como una veleta... ayer sentí que él era mi viento.
Me pareció guapo desde el primer momento en que le vi, pero no sólo guapo, además, algo más profundo... misterio y cierto encanto escondido bajo facciones de apariencia brusca.
Cuando me levanté de la mesa para desalojar el locar del bar newyorkino en el que me encontraba, él se me acercó corriendo.
-Te has olvidado esto -me dijo a la salida del bar, entregándome mi monedero. Luego vino el camarero corriendo -y parece que también se te ha olvidado pagar.
Cierto, se me había olvidado pagar. Me quedé mirándole a él y sus ojos pardos de gacela, y también de paso miré mi monedero verde fosforito.
-Gracias -tartamudeé levemente.
-De nada -me sonrío- ¿cuántos años tienes?
Me extrañó la pregunta, pero me hizo ilusión porque, si me lo preguntó, fue porque tenía interés en mí. Pronto, tras mi breve silencio, se dio cuenta de la impertinencia e intentó arreglarlo bajando la mirada y tocándose la barbilla.
-Esto, quería decir...
-Veintiuno, tengo veintiuno, ¿tú? - le sonreí. Tenía la autoestima muy subida, porque a parte de que me hubiese hablado un chico que me gustó desde el primer momento, llevaba una pamela de paja preciosa y aquel vestido de rayas y flores de quince dólares que estrenaba con ilusión.
-Veintitres -la miró sonriente- tengo veintitres... -la miró muy fijamente, como intentando transmitirla algo con la mirada- ven...
Y no muy seguro de sí mismo, me llevó a una esquina de Central Park, y me dijo:
-¿Quién eres? - dijo inseguro, a lo que contesté tratando de desdramatizar:
-Lana, una desconocida para ti... -me acaricié la pamela delicadamente.
-Pues quiero conocerte.
-Pues... -dudé sobré qué decir para acertar- ¿damos un paseo?
-Sí -e inclinó su brazo hacia mí en forma de uve, ofreciéndomelo como punto de agarre. Lo tomé, y caminamos lentamente por Nueva York.
http://www.youtube.com/watch?v=imsB543zqSM
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